miércoles, 14 de octubre de 2009

Chile al mundial: viva el circo

Millones de chilenos y chilenas no pudieron evitar emocionarse por la hazaña de su selección de fútbol que logró un pasaje directo al mundial de Fútbol en Sudáfrica. La algarabía popular no sólo se expresó en los hogares junto a un asado, sino también en las calles a punta de un “guen” vino tinto “picao” o una chela media desvanecida.
Decenas de “guatas” al aire y banderas flameando se sumaron a los bocinazos de un pueblo que despierta ante el triunfo de otros. Con una nobleza indefectible todos alzaban sus voces para gritar “el viva Chile”. El triunfo fue la excusa perfecta para celebrar junto a los amigos, familia y demases.

Pero ¿qué tiene el triunfo que genera tanto revuelo? ¿Por qué la Presidenta Bachelet aparece en pantalla en directo alabando a la roja? Ciertamente, el fútbol mueve masas y pasiones. Desde los estudios televisivos, se dice que todo es maravilloso y recalcan que esta es una fiesta sin diferencias, sin odios, que el fútbol nos une y una larga lista de apelativos pomposos para referirse al triunfo.

La victoria de la roja, como le llaman los asiduos al asunto, es un tremendo salvavidas para los problemas que se ocultan. En medio de la celebración, pocos recuerdan la crisis económica salvaje que afecta a los trabajadores de todo el mundo y las dificultades para encontrar trabajo, el drama familiar de la falta de dinero para llegar a fin de mes, el pésimo servicio que se entrega en el transporte público (que por cierto pagamos), la grave crisis alimenticia, los bajos índices de crecimiento de Chile en comparación con nuestros vecinos "subdesarrollados" de América Latina y un incontable etcétera.

Los medios de comunicación, que juegan un importante rol en el control de la sociedad, desplegaron una monumental estrategia para transmitir en vivo, no sólo el partido sino también las impresiones de todo loco fanático, tanto en Chile como en Colombia. Hasta largas horas de la noche se mostraron imágenes de las celebraciones, principalmente, en el centro de Santiago. Es increíble cómo los medios de comunicación generan sensaciones en la sociedad.

El triunfalismo de la hazaña se desbordó primeramente por los medios de comunicación que, con buenos actores-locutores, encendieron las pasiones desde muchos días antes del magno evento. Mientras todo eso ocurría nada o muy poco se dijo sobre los conflictos sociales que cada día se tornan más complejos. Poco de señaló en torno al conflicto mapuche que no tendrá salida en la medida que Bachelet insista en su política represiva, poco se dijo de la realidad de los deudores habitacionales, menos aún se planteó sobre el complejo panorama de la patagonia y el proyecto de la represa, mucho menos se dijo sobre los abusos que se cometen contra los trabajadores; sobre las extensas jornadas laborales, los sueldos de hambre, las malas condiciones de trabajo y un sinfín de problemas que ya se tornan estructurales.

Al pueblo pan circo se dijo en su momento y la frase se aplica al callo. La somnolencia popular termina por instantes cuando se le alimenta de triunfalismos para el corazón, pero de eso nada queda para cultivar la razón. Las migajas están a la orden del día y se requiere un circo grande para que el populacho no se espante… el fútbol es la mejor receta para que los payasos sigan sonriendo.

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