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Lidia Turner Martí, escritora cubana, hace cuatro años nos mostró en su libro “Ernesto Che Guevara y las Universidades” el pensamiento revolucionario de un luchador incansable que trascendió la historia y la muerte.
Sobre la concepción de “al mundo nuevo, corresponde la Universidad nueva” de José Martí, el Che, el año 1959, habló -en la Universidad Central Marta Abreu- sobre la necesidad de cambiar el rumbo de las Universidades en Cuba. En aquel escenario, el guerrillero enarboló loables ideas en defensa de la Universidad Pública, las que debieran estar al servicio del pueblo y sus trabajadores.
Aquel año, hizo un ferviente llamado a la asamblea, a democratizar efectivamente la enseñanza superior y ligar impostergablemente el desarrollo económico y científico con las necesidades del pueblo. En cada una de sus palabras, el che educaba y orientaba políticamente.
No obstante, siempre ligaba sus propuestas con ideas universales. En innumerables ocasiones, insistió en que para cualquier proceso revolucionario hay que sentirse revolucionario estando directamente unido al pueblo y sus trabajadores. “Para llegar al pueblo, hay que sentirse pueblo, hay que saber qué es lo que quiere, qué es lo que necesita y qué es lo que siente el pueblo”.
En este contexto, irrumpía tenazmente con la idea de que para cualquier cambio en las Universidades, hay que estar convencido de aquello. Y desde la realidad Universitaria cubana nos planteaba que: “hay que pintarse de negro, de mulato, de obrero y de campesino, hay que ir al pueblo, es decir, a las necesidades de toda Cuba entera”.
El che, con su notable preparación política, planteó sistemáticamente que las Universidades deben ser reformadas. Y para aquello, nos esbozó varias fórmulas. Sin embargo, una de las más emblemáticas fue propuesta sobre la pregunta de: “¿Por qué tenemos que ir a buscar la reforma universitaria en lo que han hecho en otros lados? ¿Por qué no tomar simplemente los grandes problemas nuestros, que son los que tenemos que contemplar por sobre todas las cosas…?
Más adelante nos dice que hay que hacer la reforma “siempre mirando hacia delante pero no hacia atrás”, sin embargo, analizando la situación del campesino, del pueblo y sus trabajadores. En el mismo sentido, siempre señaló que; para cualquier proceso revolucionario es imponderable la reforma de las Universidades.
No obstante lo anterior, insistió en que hay características básicas para no sólo cambiar el rumbo de la Universidades, sino también la del mundo entero. Se refirió a que debíamos aspirar a dirigentes políticos que conozcan la teoría de la planificación, olvidar el más mínimo interés personal, saber valorar a los hombres por su hechos objetivos, unir la disciplina a la audacia e iniciativa revolucionaria y finaliza diciendo que “Teoría y práctica, decisión y discusión, dirección y orientación, análisis y síntesis, son las contraposiciones dialécticas que debe dominar el administrador revolucionario…”.
Sin duda, los planteamientos del Che son innumerables. No obstante, su convicción revolucionaria por cambiar su país y el mundo han trascendido notablemente. El che, nos habló de todo y las Universidades no fueron la excepción. Sin embargo, en cada una de sus intervenciones insistía en la teoría revolucionaria y en su implementación cotidiana tal como lo planteaban Marx y Lennin.