En medio de la errada designación a Ricardo Lagos como enviado especial de las Naciones Unidas para el cambio climático y la pasada visita a Chile del Al Gore, ex Vicepresidente de EE.UU, sendas discusiones se comienzan a dar respecto al actual escenario ambiental de nuestro planeta. Y ciertamente, el debate hay que darlo, sin embargo, hace falta poner todas las cartas sobre la mesa, en función de un debate amplio, transparente y serio.
De tal manera, urge, y primero que todo, que los países -incluido EE.UU- reconozcan la situación calamitosa del cambio climático. Inviernos con muy bajas temperaturas, calor extremo en verano, sequías, inundaciones, deshielos y aumento del nivel del mar, son algunas de las consecuencias de no haber tomado nunca medidas de desarrollo no contaminantes.
En los últimos años, el daño a la tierra, nuestra tierra, ha sido dramático. La actividad del hombre amenaza, cada día, con hacer desaparecer las especies humanas y no humanas. El nivel de dominio sobre la naturaleza es de enormes proporciones. Por lo tanto, las consecuencias en el impacto del medio, sin duda son colosales. Ciertamente, como individuos somos responsable, no obstante, las grandes industrias, en conjunto con Gobiernos Neoliberales irresponsables, han generado las condiciones óptimas para que el desarrollo económico supere el cuidado del medio ambiente.
Actualmente, y en todo el mundo, no sólo de depredan los bosques nativos y las materias primas, sino, además, se ocupan combustibles fósiles altamente contaminantes. El petróleo, por ejemplo, es uno de los que mayor nivel de dióxido de carbono genera. No obstante, es el más explotado y comercializado. Frente a esto, han surgido voces, en torno a crear combustibles menos contaminantes como la propuesta del Etanol. Sin embargo, ya se levantan opiniones contrarias respecto a su uso, en tanto para su extracción, por ejemplo, se necesitarían extensas hectáreas de tierras para plantar el maíz.
Fidel Castro, Presidente de Cuba, ha dicho que el Etanol será el hambre del futuro de los pueblos pobres, ya que se privilegiará el uso del maíz para combustibles por sobre los alimenticios, y peor aun, será en extensiones de tierras continentales. Fidel señala que: “Nada impide que el capital norteamericano y europeo financie la producción de biocombustibles. Podrían incluso regalarles los fondos a Brasil y América Latina. Estados Unidos, Europa y demás países industrializados se ahorrarían más de ciento cuarenta mil millones de dólares cada año, sin preocuparse de las consecuencias climáticas y de hambre, que afectarían en primer lugar a los países del Tercer Mundo. Siempre les quedaría dinero para el biocombustible y adquirir a cualquier precio los pocos alimentos disponibles en el mercado mundial"
Luego nos plantea que: “Lo que se impone de inmediato es una revolución energética que consiste no solo en la sustitución de todas las luminarias incandescentes, sino también en el reciclaje masivo de todos los equipos domésticos, comerciales, industriales, transporte y de uso social, que con las tecnologías anteriores requieren dos y tres veces más energía".
Muchos dirán que todo lo anterior es una exageración. Sin embargo, nadie puede negar que la tierra esté experimentando cambios traumáticos. Las diferencias de grados van de uno a dos en las temperaturas promedio. Cambios que parecieran insignificantes. No obstante aquello, debemos preguntarnos ¿Qué pasa cuándo nuestro cuerpo, por ejemplo, experimenta dos grados más de temperatura? Generalmente, el diagnóstico es fiebre, en consecuencia, estamos enfermos. Pues bien, nuestra tierra también lo está, y no tiene hospital al cual recurrir.
De tal manera, urge, y primero que todo, que los países -incluido EE.UU- reconozcan la situación calamitosa del cambio climático. Inviernos con muy bajas temperaturas, calor extremo en verano, sequías, inundaciones, deshielos y aumento del nivel del mar, son algunas de las consecuencias de no haber tomado nunca medidas de desarrollo no contaminantes.
En los últimos años, el daño a la tierra, nuestra tierra, ha sido dramático. La actividad del hombre amenaza, cada día, con hacer desaparecer las especies humanas y no humanas. El nivel de dominio sobre la naturaleza es de enormes proporciones. Por lo tanto, las consecuencias en el impacto del medio, sin duda son colosales. Ciertamente, como individuos somos responsable, no obstante, las grandes industrias, en conjunto con Gobiernos Neoliberales irresponsables, han generado las condiciones óptimas para que el desarrollo económico supere el cuidado del medio ambiente.
Actualmente, y en todo el mundo, no sólo de depredan los bosques nativos y las materias primas, sino, además, se ocupan combustibles fósiles altamente contaminantes. El petróleo, por ejemplo, es uno de los que mayor nivel de dióxido de carbono genera. No obstante, es el más explotado y comercializado. Frente a esto, han surgido voces, en torno a crear combustibles menos contaminantes como la propuesta del Etanol. Sin embargo, ya se levantan opiniones contrarias respecto a su uso, en tanto para su extracción, por ejemplo, se necesitarían extensas hectáreas de tierras para plantar el maíz.
Fidel Castro, Presidente de Cuba, ha dicho que el Etanol será el hambre del futuro de los pueblos pobres, ya que se privilegiará el uso del maíz para combustibles por sobre los alimenticios, y peor aun, será en extensiones de tierras continentales. Fidel señala que: “Nada impide que el capital norteamericano y europeo financie la producción de biocombustibles. Podrían incluso regalarles los fondos a Brasil y América Latina. Estados Unidos, Europa y demás países industrializados se ahorrarían más de ciento cuarenta mil millones de dólares cada año, sin preocuparse de las consecuencias climáticas y de hambre, que afectarían en primer lugar a los países del Tercer Mundo. Siempre les quedaría dinero para el biocombustible y adquirir a cualquier precio los pocos alimentos disponibles en el mercado mundial"
Luego nos plantea que: “Lo que se impone de inmediato es una revolución energética que consiste no solo en la sustitución de todas las luminarias incandescentes, sino también en el reciclaje masivo de todos los equipos domésticos, comerciales, industriales, transporte y de uso social, que con las tecnologías anteriores requieren dos y tres veces más energía".
Muchos dirán que todo lo anterior es una exageración. Sin embargo, nadie puede negar que la tierra esté experimentando cambios traumáticos. Las diferencias de grados van de uno a dos en las temperaturas promedio. Cambios que parecieran insignificantes. No obstante aquello, debemos preguntarnos ¿Qué pasa cuándo nuestro cuerpo, por ejemplo, experimenta dos grados más de temperatura? Generalmente, el diagnóstico es fiebre, en consecuencia, estamos enfermos. Pues bien, nuestra tierra también lo está, y no tiene hospital al cual recurrir.
1 comentario:
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