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jueves, 21 de junio de 2007
Crónica de un asesino prófugo
Nadie esperó que el día martes 12 de junio los medios de comunicación, casi en cadena nacional, transmitieran para todo el país un hecho cobarde y condenable. Raúl Iturriaga Neumann, ex General del ejército se rebelaría frente a la condena de cinco años y un día impuesta por la Corte Suprema, después que se probara su autoría en el secuestro de Luis San Martín Vergara, militante del MIR y desaparecido desde 1974.
A eso del medio día, todos los chilenos y chilenas pudieron conocer el contenido de las arengas del otrora compinche del extinto General Augusto Pinochet, quien no reconocía la sentencia del poder judicial, asumiendo una posición pávida al no asumir su responsabilidad en uno de los crímenes que se le imputan.
Ese mismo día, y en horario vespertino, sendas declaraciones se hicieron y desde todos los sectores. El Gobierno, apeló al funcionamiento de las instituciones y al respeto del “estado de derecho” y emplazó al delincuente a reconocer el marco jurídico del país. El ejecutivo, planteó poner todos sus esfuerzos en la pronta captura del prófugo.
No obstante lo anterior, para la policía de investigaciones y el poder judicial la preocupación, pasado unos instantes de conocido el hecho, se centró en el significado del texto del ex general, en tanto el concepto de “rebeldía” podría ser imitado por otros uniformados en retiro, también procesados por violar los derechos humanos.
Raúl Iturriaga planteó que: "Abiertamente me rebelo ante esta arbitraria, sesgada, inconstitucional y antijurídica condena, ¡No la acepto!”, para más adelante, y en una actitud prepotente, enarbolar que “Si el ministro me procesó por secuestro, él debió demostrar que el mirista Luis Dagoberto San Martin Vergara está vivo y secuestrado por mí. El tiene el peso de la prueba, no era yo el que debía demostrar mi inocencia. El debía demostrar el delito que me imputa, no lo hizo”.
Las palabras del sentenciado por secuestro, calaron profundo en la sociedad chilena. De hecho y el día jueves 16 de junio, el Partido Comunista de Chile, después de conocer los trascendidos de que un grupo comando estaría apoyando al ex general, manifestó que exigían que el ejército “separe aguas de estos personajes de manera pública y clara, reiterando su acatamiento a las resoluciones judiciales”.
El mismo jueves, y después de visitar el palacio de la moneda, Guillermo Tellier, Presidente del PC, afirmó que “el hecho se torna más grave cuando oficiales en retiro del Ejército e integrantes de la DINA y CNI le entregan su apoyo con llamados a asumir esta misma posición a otros responsables de crímenes de lesa humanidad”.
Ciertamente, a esa altura la situación se tornaba más compleja, en tanto no había indicio alguno del prófugo y cada vez, surgían nuevas declaraciones tanto de apoyo como de rechazo. De hecho, y casi en paralelo a las declaraciones del PC, la ultra derecha daba sus impresiones confusas a la prensa. Iván Moreira, planteó que ellos entendían la situación del delincuente, sin embargo, acataban los fallos judiciales.
No obstante lo anterior, y al pasar los días, las declaraciones han variado. Ejemplo de aquello, fueron las palabras del Senador UDI y Almirante en retiro, Jorge Arancibia, quien sostuvo que había una “sensación de injusticia”. Palabras que calaron hondo en los corazones del Senador Jovino Novoa y el Diputado Jorge Ulloa. Éstos últimos, cuestionaron la tesis del secuestro permanente y argumentaron que el proceso, hacia Iturriaga, se dio en un contexto de “falsedad”.
Desde la difusión de la misiva audiovisual del secuestrador, han pasado ocho días sin obtener información su paradero. Sin embargo, la semana ha estado cargada de información de éste caso. El pasado lunes 18 de junio, un grupo de ex uniformados, y en conferencia de prensa, respaldó la decisión de Iturriaga. Acción que se sumó al apoyo brindado por comandos en retiro el viernes 15. Parte del texto de apoyo sostuvo: "respeto por la decisión asumida y solidaridad ante la injusticia por él denunciada y que afecta a tantos camaradas".
Frente a lo anterior, y luego de finalizada la reunión mediática, decena de personas pertenecientes a la Funa y la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, increparon a los militares en retiro, exigiéndoles que asumieran su responsabilidad frente a los crímenes que ellos habían cometido.
Eduardo Iturriaga: ¿De quién estamos hablando?
El actual prófugo de la justicia, fue un alto oficial de inteligencia del ejército. Su especialidad fue ser comando y paracaidista. Éste militar, graduado de la escuela genocida de las américas, llegó al Estado Mayor de la institución para luego convertirse en instructor de doctrina y estrategia de contrainsurgencia.
El militar acusado de secuestro, el año 73’ fue el segundo comandante de boinas negras en peldehue, desde donde es enviado a Tejas Verde para instruir cuadros militares en inteligencia. Actividad, supervisada por el criminal Manuel Contreras, actualmente condenado por diversos crímenes de lesa humanidad.
En el marco del proceso que lo acusa de secuestrar a Luis San Martín Vergara, es sindicado, por propios ex agentes de la DINA, como jefe de la brigada Purén, la que actuó en variados centros de tortura y exterminio. El ex general, que hoy cuestiona los procesos judiciales en su contra, está ligado además con el caso del asesinato de Bernardo Leighton y el caso Prats.
Eduardo Iturriaga Neumann, condenado por secuestro, fue miembro de múltiples operaciones criminales que tuvieron como objeto exterminar personas. Innumerables son los casos que aun no son esclarecidos, sin embargo, se presume la participación directa del ex general. Hoy, 19 de junio, aun se encuentra prófugo y la policía ha puesto atención en todos los puntos fronterizos para dar con el paradero de uno de los delincuentes más buscados de Chile.
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