
El mundo avanza en su desarrollo, las industrias crecen, las comunicaciones nos acercan con otras naciones, se firman tratados de libres comercios, Bush juega a la guerra sucia, en Chile está la media cagadita con el transantiago y, en verdad, la lista es larga de lo que pasa y lo que nos pasa.
Sin embargo, y si bien ha habido algunos intentos por instalar un debate sobre la salud de nuestro planeta, nadie hoy día se hace cargo de los graves daños que nuestro medio ambiente tiene. El calentamiento global, como un mal cancerígeno, se arraiga cada vez más y nos atormenta silenciosamente con sus graves consecuencias.
Inviernos con muy bajas temperaturas, calor extremo en verano, sequías, inundaciones, deshielos y aumento del nivel del mar, son algunas de las consecuencias de la irresponsabilidad humana que insiste en explotar, de forma imparable, los recursos naturales más preciados; utiliza combustibles fósiles altamente contaminantes, destruye los bosques y aporta en la producción de gases tóxicos.
Hoy, nuestra tierra querida agoniza lentamente y no sólo las industrias y transnacionales son responsables. También, los Gobiernos tienen mucha culpa. Éstos, no aplican planes sustentables que mitiguen el efecto invernadero. Y por lo tanto, el círculo vicioso se mantiene. Ciertamente, no es mucho lo que podemos hacer, sin embargo, un cambio de actitud, como utilizar energía alternativa en nuestras casas o no utilizar petróleo, sin duda será un aporte y un alivio para todos.
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